Repetición de la entrada de 11/03/2015
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11-M y 11 años. M de Maldito -véase Friz Lang- y M de Mentira -la tuya, Rubalcaba-. Muertos y Mutilados. Familiares, amigos y compatriotas. Víctimas
todos del terrorismo. Salvo los asesinos y los-que-no-se-sienten-españoles. Enterrados, unos. Los otros, con traumas físicos, psíquicos y
jurídicos… El crimen ya se cometió, pero no la persecución del crimen. ¿Para cuándo
la investigación? ¿Cuando desaparezca la partitocracia corrupta? ¿Cuando tome el poder el populismo de los perroflautas irano-bolivarianos?
"Mentiras y Gordas", como diría una chica Zapo, ministra del Cine Español, o de la Ceja, o de lo que sea. Millones de mentiras. Casi tantas como españoles. Y eso que casi todos los mayores de 18 años barruntan que las versiones oficiales (las de los cuatro poderes) son una mentira muy gorda. Buena película esta. La del 11-M. La otra no la ha visto nadie. Producciones Zapo, S.A. Con la participación estelar de un esquizo asturiano y los moritos de Lavapiés, todos ellos confidentes de la pasma y los civiles. Escrita y dirigida en las cloacas por servicios secretos, policía, políticos, periodistas, jueces, bocazas y medrosos… Estos últimos son los peores. 11 años de silencio. ¿La ETA, Marruecos, Francia? Vaya usted a saber. Hay quien dice que también se beneficiaron. Pero, contra Séneca, no siempre "cui prodest scelus, is fecit", ni tampoco logra siempre obtener un beneficio quien comete el crimen. El cui prodest es necesario, pero no suficiente.
Como el año pasado
[ver aquí], sigo pensando en "Sed de mal". Pero
revisited. Esta vez el corrupto jefe de policía estadounidense, Hank Quinlan (Orson Welles), pone los cartuchos de dinamita en la caja de zapatos para
inculpar a otro ante la suspicaz mirada de Mike Vargas (Charlton Heston).
