jueves, 5 de octubre de 2017

No violencia policial, 1

La tesis veraz: El parte de guerra es parte de la guerra.
El hecho real: Mundo al revés. Los pájaros disparando a los cazadores.

I

Agit-prop. Nada nuevo bajo el sol. Mejor aún. Propaganda, primero; agitación, después.
Solo los tontos y los canallas simulan no conocer la estrategia y la táctica del nacionalismo y la revolución. La mentira y la violencia son sus medios.

En la versión de los medios de manipulación de masas nazional-catalanistas y afines, la única que los lelos y los tramposos tienen en consideración, los heridos por el "monopolio legítimo de la violencia" oscilan entre 800 e infinitos, con tocamientos sexuales incluidos. A un lado, los perros polícías y la asesina Guardia Civil; al otro, los niños y los viejos de la Intifada Secesionista, seguidos del buen pueblo catalán.

El Arte de la Trola. Fakes. Fotomontajes. Ilusiones opticas de la voluntad victimista. Parece, sin embargo, que el "parte de guerra" hospitalario sólo refleja un infarto, un pelotazo en un ojo y una capsulitis en un dedo. ¿Más de 2 millones de personas en las calles y sólo hay un herido en el bando agredido? Hubo tapones policiales, sin duda. Y, en consecuencia, apretujones, algún esguince, asfixias, lipotimias, insolaciones, raspones.

Como todos sabemos, hace 40 años que la policía española no saca la porra. Si la airea un poco, lo hace para espantar las moscas, o para avisar al incauto que se aproxima demasiado, o para quedar bien en las fotos. Salvo excepción y, siempre, en defensa propia (como en el desgraciado caso del pelotazo de goma), acierta a efectuar su ingrato y rudo trabajo de manera incruenta y con total profesionalidad. Por lo demás, son la amabilidad de uniforme. El día del Tupperreferendum, yo sólo vi a los pacientes agentes taponar, retroceder, trasladar a los sentados y tumbados, atender a los que sufrían algún daño. Lo que la policía llevó el otro día a las calles de Cataluña no fueron palos, sino más bien -como todos vimos- caramelos para los niños, bombones para las mujeres, puros habanos para los caballeros y natillas de vainilla con galleta para los manifestantes de la tercera edad. Y jugar a la "sillita de la reina" con los más contumaces. En contra de la opinión mayoritaria, y teniendo en cuenta las insalvables dificultades de la empresa, seguramente haya sido ésta la intervención policial más "humana" de todas las que se tenga noticia hasta el presente.

II

Lo que sí hubo, por el lado de las supuestas víctimas, sabedoras hasta la saciedad de la paciencia infinita y buen carácter de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y de la segura impunidad con la que contarán sus fechorías, son los plantes descarados a cara de perro, los insultos a la madre y a los ancestros, los escupitajos al casco, a las botas y al resto del uniforme, las pedradas, el lanzamiento de objetos, los empujones y los puñetazos por la espalda, etc. Más de 400 heridos o contusionados. Éstos sí de verdad.




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