lunes, 22 de mayo de 2017

Primarias en el PSOE: "La noche de los muertos vivientes"

      "Ayer asistimos a la noche de los muertos vivientes. El cuerpo de la lideresa derrotada se negaba a reconocer su condición cadavérica y, como un espectro, ponía rumbo a su refugio del sur a la espera de que el soplo de una nueva hecatombe socialista le devuelva a la vida. Mientras tanto, el cuerpo cadavérico del secretario general que fue apuñalado por el aparato en el mes de octubre resucitó en olor de multitud después de haber recibido el aliento vivificador de la mayoría absoluta de la militancia. En el PSOE, los muertos no se mueren. Incluso los zombis gozan de buena salud." (Luis Herrero, "La noche de los muertos vivientes", Libertad Digital, 22-05-2017.)




      Un tal Snchz y el viento fresco del Sur -¡y tan fresco!-. Pestilente, habría que decir. Y de escudero, el panxismo. Quijotesto país. Más por lo grotesco que por lo iluso. Snchz Pnch. Y Dulcinea en su Toboso.
      En fin, La noche de los muertos vivientes. Se equivoca el bueno de Luis. Luis Herrera es bienpensante. No por lo de muertos vivientes, que lo son, y mucho: el petulante Snchz, más chalado el guapo mozo que el de la triste figura; el lastimero de Pnch, que seguirá los pasos de su señor; y la hermosa dulce flor, quimérica criatura aún no arrancada de su amado terrón. Los tres están, como se dice, más pallá que pacá.
      El error de Don Luis quizá radique en no tener en cuenta suficientemente un pequeño detalle: en el PSOE no existen los cementerios... ¡Viven!, como en la película de recia piedad que se desarrolla en la cima de los Andes. Aquí los muertos alimentan a los vivos en una curiosa espiral trófica que permite la sostenibilidad del nicho ecológico. Lo mismo sucede en el PSOE. Desde el sempiterno Glez, o el recurrente/ocurrente Guerra, hasta los neófitos de la Sozialistiche Spanische Arbeitejugen (véase, más abajo, cómo a estos viejos niños maleducados les pirra jugar con la guillotina: ¡Qué risa, la guillotina!), pasando por los Chaves, los Borreles, los Garzones, los Belloch o los Rubalcabas. El desgaste, en el PSOE, es siembre anecdótico. Se extinguirá el Koala, el Oso Panda o el Tigre de Bengala. Perecerá el Oso Hormiguero y el Ornitorrinco, pero no el PSOE. Perecerá el mundo y el PSOE seguira incólume. Viva el PSOE et pereat mundus.


 

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